LA CASA DE COIMBRA-Cap.6

Si hacemos un seguimiento de los linajes, tomando como referencia el orden cronológico de sucesión de la Casa de Asturias de comienzos del siglo X, entonces tenemos también como referencia los linajes que enlazaron con dicha descendencia, de modo que nos sirve como orientación para localizar a otros personajes y linajes.

A partir de este ejemplo, podemos seguir la pista de los enlaces de la Casa de Meneses y Alburquerque, hacia atrás, al igual que tenemos la de los enlaces de los reyes descendientes de la Casa de Asturias en el reino de Castilla-León.

	ASTURIAS	ASTURIAS	Casa de COIMBRA
s.X	Alfonso III	Alfonso III	Hermes III
	Ordoño II	Fruela II	Gutier
	Ramiro II	Ordoño	Nuno
	Ordoño III	Alfonso	Glo.	VILLAMAYOR
	Bermudo II	Rodrigo	Goina	Rodrigo
s. XI	Alfonso V	Diego		Munio
	Fdo I	Bernardo		Pedro
	Alfonso VI	Pedro		García
s.XI-XII	Urraca	Tello		Guntroda
	Alfonso VII	Alfonso
	Fdo. II	Tello
	Alfonso IX	Alfonso
	Alfonso de MOLINA	Mayor
	Casa de MOLINA

De este modo tenemos la localización de otro linaje: el de VILLAMAYOR.

Tenemos en cuenta en este estudio que la jefatura de una Casa Noble pasaba, tradicionalmente, siguiendo la Ley Romana, de padres a hijos primogénitos. En caso de morirse el hijo mayor, la jefatura pasaba por orden de edad, es decir, primero los hijos segundo, tercero y sucesivamente, a no ser que no hubiese, en ese caso pasaba al esposo de la hermana que siguiera al hijo primogénito o al pariente más cercano, es decir, un familiar carnal, bien fuese tío o primo.

El “orden cronológico de nacimiento” parece que fue respetado y seguido con toda escrupulosidad por las Casas Nobles de la Alta Edad Media, aunque por en medio se sucediesen peleas fratricidas que, en algunos casos, dieron lugar a enfrentamientos bélicos sangrientos; evidentemente, también se dieron casos de asesinatos, persecuciones y encerramientos, como la persecución que ejerció el rey Ramiro II de Castilla y León sobre los varones de su Casa, cegándolos y, en algunos casos, matándoles, acusándoles de “traición”.

La condena por “traición” implicaba el OLVIDO, prohibiéndose mencionar al personaje en cualquier documento, en resumen, ¡se le borraba del mapa, como si nunca hubiese existido!

Ello implicaba que su descendencia se veía condenada también, en ocasiones incluso se quedaban sin sus tierras y bienes, confiscados y entregados, por lo general, a la Iglesia.

Se observa que la familia del condenado no quedaba desprotegida, pasando a estar bajo la protección del pariente más cercano, el jefe de una Casa.

Así pues tenemos, en principio, el desarrollo de una posible línea del rey Fruela II de Asturias y León, en uno de sus hijos, referenciado como Ordoño el Ciego.

Encontramos referencias sobre la descendencia de Ordoño en la Casa de Saldaña y Carrión, apareciendo Alfonso casado con una hija del jefe de dicha casa, Diego Muñoz.

Sobre la esposa de su hijo Rodrigo Alfonso aparecen diferentes versiones, pero la que más abunda es la que dice que se casó con una hija del conde Gonzalo Menéndez, jefe de la Casa de Coimbra, líder político en su época, y heredero de la Casa de Riba Douro, casado con la condesa Toda Froilaz, hija del conde Froila Gutiérrez, tío de Gonzalo, y conde de Trastamara, sucesor en dicho título del conde Diego Fernández, gobernador en los territorios que correspondían a la Casa de Braga.

Casa de BRAGA	Casa de COIMBRA		Casa de ASTURIAS		Castela
Vimara	Hermes		Alfonso III	Leodegundia	Fdo.
Lucidio	Gutier	Gutier	Fruela II	Onega	Diego
Aloito	Froila	Nuno	Ordoño	Mumadona	Jimeno
	Toda	Glo.	Alfonso	Glo.	Froila
		Goina	Rodrigo	Menendo	SILVA

Al parecer, el sucesor de Diego Fernández, Jimeno Díaz, junto con su hijo Froila, son referenciados como “rebeldes”, desapareciendo todo rastro de Froila Jiménez, aunque continúa su linaje un hijo, referenciado como Paio o Pelayo Froilaz, alias El Diácono, casado con una descendiente de Fruela II, Aldonza Ordóñez. De esta línea, nace el linaje de los SILVA.

Casa de COIMBRA		Casa de ASTURIAS			s. X
Hermes		Alfonso III	Alfonso III	Leodegundia	Fdo.
Gutier	Gutier	Fruela II	Ordoño II	Onega	Diego
Froila	Nuno	Ordoño	Ramiro II	Mumadona	Jimeno
Toda	Glo.	Alfonso	Ordoño III	Glo.	Froila
	Goina	Rodrigo	Bermudo II	Menendo	SILVA

En el desarrollo y enlaces de estas casas con otras y otros linajes descendientes del mismo tronco, se dan algunas controversias, que iremos viendo.

En principio, el desarrollo de la Casa de MENESES Y ALBURQUERQUE encaja perfectamente con el de la Casa de Asturias, convertida en Casa de Asturias y León a lo largo del siglo X y, posteriormente, en la de Castilla y León, a partir del siglo XI.

Entre las controversias, encontramos el hecho de que algunos matrimonios se realizaban entre primos carnales, en contra de lo estipulado por las normas eclesiásticas, lo que aparentemente, parecía cosa muy habitual en las casas galaicoportucalenses. También aparecen matrimonios entre sobrinos y tías, al igual que entre tíos y sobrinas, lo que sí resulta un tanto extraño por aquella época, en la que se respetaba mucho la cuestión moral, además estas familias tenían entre sus parientes a obispos, por lo que se desprende que había razones “de peso” para dicha “permisividad”, sospechando que o bien fuesen mujeres viudas, que casaban con el pariente soltero o viudo, o bien eran recogidas por una familia de la Casa, apareciendo como esposas, cuando en realidad no lo eran, tratándose de mujeres que se habían convertido en madres solteras, algo que no era bien visto, por lo que si no casaban, tenían que retirarse a la vida monástica. Aunque aparecen algunas mujeres viudas, que aparentemente continúan con la jefatura de su Casa, ¡excepciones!, y también las hay que no aparecen referenciadas casadas, sino como “amantes” o “amigas” de algún rey.

De todos modos, estas cuestiones sin aclarar debidamente, provocaron cierto tipo de desajustes que muestran la posible manipulación y maquillaje de muchos hechos, pero que no se hizo de modo adecuado, hasta el punto que atrajo la atención del Papa de Roma, provocando su malestar y consecuentemente que ordenase un mayor control para que se respetasen las normas eclesiásticas.